La impresión 3D puede ser increíblemente útil para el prototipado de nuevos dispositivos médicos y la formación de nuevos médicos, pero su auténtico potencial transformador se hace evidente cuando lo que está en juego es la vida del paciente. El Kaleida Health's Gates Vascular Institute (GVI), la Universidad de Buffalo y el Jacobs Institute de Buffalo, Nueva York, unieron sus fuerzas para dar a Teresa Flint una segunda oportunidad. Teresa Flint, una mujer de 49 años madre de tres hijos, fue remitida al GVI tras experimentar una inexplicable pérdida de visión durante un tiempo prolongado. Se determinó que la causa era un aneurisma cerebral, una afección potencialmente mortal.
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